El P. Sócrates Chinchay, Rector del Santuario de El Cisne, acompañó el traslado de la imagen de la virgen viajera, fue también el responsable de vestirla, cada día con un atuendo diferente.
La Virgen de El Cisne se despidió de Cuenca dejando en nuestros corazones una llama avivada por el amor a Cristo.
Una cascada de pétalos florales, luces y fuegos artificiales recibieron a la imagen de la Virgen de El Cisne, que llegó a Cuenca el 19 de mayo. Acompañada de cientos de fieles, avanzó en procesión desde el parque La República hasta la Catedral Metropolitana de la Inmaculada Concepción. Antes de su llegada, miembros de la pastoral juvenil de la Arquidiócesis de Cuenca animaron a los fieles con el rezo del rosario. Los integrantes de la banda Por tí Jesús, entonaron las mejores canciones para la Churonita de El Cisne.
Ni la fuerte lluvia, ni el frío de la tarde evitaron que cientos de devotos vayan al encuentro de la imagen. En el acto de recibimiento estuvieron el Nuncio Apostólico en Ecuador, Monseñor Andrés Carrascosa, el Arzobispo Marcos Pérez, el Obispo Auxiliar Femando Ortega y sacerdotes de la Vicaría de la Inmaculada Concepción.
Durante siete días, la Virgen permaneció en la Catedral, tiempo durante el cual se celebraron 7 eucaristías diarias. Las ofrendas de cada Eucaristía fueron destinadas a las familias de la parroquia Paccha, damnificadas por deslizamientos de tierra.
Cada día desde diferentes rincones del Azuay, llegaron los devotos para rendir su homenaje de cariño a la Madre de Cristo:
Rosa Pacheco: Estamos contentísimos como fieles católicos que somos. Hemos venido a expresarle nuestro amor a la Virgen María.
Ana: Gracias a la Madre por tantas bendiciones que nos regala.
Lucía: Mi esperanza es tan grande como el amor de la Virgen.
Laura: Estoy muy feliz, llena de fe, muy bendecida por la Virgen. Estoy contenta porque no he podido ir al Cisne, pero hoy la tengo aquí en Cuenca.
María Guamán: Le traje flores en agradecimiento a la Virgen por la salud y el trabajo con que ha bendecido a mi familia. A la Virgen le agradezco que intervino en el matrimonio de una hija que estaba a punto de destruirse.
Rosa: Venimos a suplicarle a nuestra Madre de El Cisne por todos, por los buenos y los malos. La Madre ha venido a vernos a los cuencanos. También vengo a pedirle de rodillas a la Madre Santísima que sane a mi madre que está internada en un hospital”.


































































