Está listo el POA del nuevo año pastoral. Se cuenta con el diseño curricular y los expositores de México y Colombia. Habrá talleres de inteligencia artificial, dirigidos a docentes de planteles católicos.
El Centro de Formación Arquidiocesano de Cuenca, clausuró el periodo actual con la entrega de certificaciones a quienes terminaron sus estudios de diplomado. El evento de desarrolló el 4 de julio en la Catedral Antigua de Cuenca con una Eucaristía presidida por Mons. Marcos Pérez, Arzobispo de Cuenca.
En esta ceremonia se certificaron 127 asistentes, en cursos de 100 y 200 horas, en áreas como: Biblia niveles 1 y 2, Biblia mención Evangelios de Juan, Catequesis nivel 1 y 2 y Formación en Familia, todos con el aval de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Entre los alumnos constan sacerdotes, laicos y servidores de varias parroquias.
Olga Pulla, Coordinadora de la Secretaría de Formación de la Arquidiócesis, destaca que el centro ofrece formación en carreras que responden a las necesidades pastorales de la Arquidiócesis. Casi todos los diplomados son en modalidad virtual. Para el nuevo año pastoral están contemplados diplomados en Biblia, Misionología, Mariología, Prevención de violencia nivel 2, con énfasis en acompañamiento a víctimas.
Un proceso un tanto revolucionario es el curso de formación de formadores para la desescolarización de la catequesis, que contempla tres etapas. Participarán 20 catequistas por parroquia, en total serán 180, quienes serán responsables de ejecutar esta propuesta en sus localidades. Serán encuentros catequéticos basados en nuevas metodologías, con el involucramiento de párrocos, catequistas, alumnos y familias.
Está en marcha el curso de catequesis especial inclusiva, para capacitar a catequistas que formen a alumnos con síndrome de Down y discapacidades leves.
Ruth Urgilés, servidora en San José de El Vecino, siguió el diplomado en Biblia. Comenta que lo aprendido fortalecerá la catequesis que imparte en año bíblico. Aprendió métodos de aprendizaje e interpretación de la Biblia y conoció los géneros en que fue escrita. Destacó el nivel de los maestros, a quienes describió como profesionales con gran carisma. “Este aprendizaje también me ayuda para poder interpretar el texto bíblico aplicando las dos grandes herramientas exégesis y hermenéutica”, expresó.


































































