Carlos Crespi, un hombre con personalidad multifacética, hombre de ciencia y cultura, misionero, educador, apóstol de los pobres y sacerdote salesiano entregado a la Eucaristía y al confesionario.
Avanza la causa de beatificación y canonización del Venerable P. Carlos Crespi Croci, a quien el Dicasterio para la Causa de los Santos concedió el Nihil Obstat el 24 de noviembre de 2024.
Sus restos descansan en el Santuario de María Auxiliadora en Cuenca, tras la exhumación y traslado de sus restos desde el Cementerio Patrimonial de Cuenca, ocurrido el 9 de julio, ante la observación del Tribunal Eclesiástico designado por Mons. Marcos Pérez. En este acto estuvieron presentes el P. Marcelo Farfán, Inspector Salesiano y su consejo, miembros de la Comisión Pro Beatificación y representantes de comunidades salesianas de Cuenca.
De Roma vinieron el Postulador General de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, P. Pierluigi Cameroni, SDB, y el Diácono Luciano Griggio, técnico conservador.
El 10 de julio inició oficialmente el proceso de reconocimiento canónico y tratamiento conservativo, con el juramento solemne del Tribunal Eclesiástico.
Para Mons. Marcos Pérez, este es un hecho histórico que marca la vida de la Iglesia de nuestro país. Hoy hacemos el reconocimiento de los restos mortales de un sacerdote que vivió y trabajó en nuestra ciudad, un sacerdote con un corazón universal, muy ecuatoriano, muy nuestro.
Para el P. Pierluigi Cameroni, La causa del P. Crespi no pertenece solo a los salesianos, sino a toda la Iglesia. Es un camino de santidad vivido con sencillez, en medio del pueblo y de los más pobres.
La secretaria de la Comisión, Angélica Almeida, ha registrado todo el proceso, elaborando las actas y documentos conforme a las exigencias canónicas.
El P. Marcelo Farfán describe al P. Carlos Crespi como un salesiano en camino a la santidad. Un hombre de Dios que buscó vivir a plenitud el proyecto apostólico de Don Bosco en el servicio a los pobres.
Al padre Crespi se debe la formación de niños y jóvenes en artes mecánicas, artesanías, ciencias y la técnica a través de centros que él fomentó.
El historiador Juan Cordero en la obra biográfica del padre Crespi, relata cómo el siervo de Dios fue abandonando sus aspiraciones científicas y artísticas para dedicarse a la atención a los pobres, particularmente a los niños, que se convirtieron en su pasión


































































