Desde la FEDEC religiosos y seglares comparten la misión de educar. En Azuay cerca de 13 mil estudiantes se educan en 32 establecimientos católicos federados.
Con gran alegría, el viernes 7 de noviembre, se celebró el Jubileo de la Educación Católica en Azuay. Con este motivo se cumplió Monseñor Francisco Calle, Rector de la Catedral Metropolitana de la Inmaculada Concepción de Cuenca, presidió la Eucaristía solemne.
La hermana Rosa Quilambaqui, religiosa dominicana y Presidenta de la Federación de Establecimientos de Educación Católica, FEDEC, del Azuay, compartió la alegría por esta fiesta. El educador católico es la persona que cada día en las aulas va forjando un mejor porvenir para los niños y jóvenes, sobre todo en un contexto marcado por nuevos retos en el ámbito educativo.
En Azuay, la FEDEC está integrada por 32 colegios entre fiscomisionales y particulares, la mayoría de planteles pertenece a congregaciones religiosas, tanto masculinas como femeninas.
La Eucaristía fue un momento para dar gracias a Dios por este acompañamiento y caminar junto a los educadores, además, este fue un espacio para reconocer el legado del santo Hermano Miguel, santo cuencano y patrono de la educación católica ecuatoriana.
La hermana Rosa Quilambaqui comenta que cada colegio tiene su plan de formación donde no falta la parte espiritual. En este Año Jubilar se ha puesto énfasis en la formación para ser misioneros de la esperanza y así con amor seguir acogiendo a los niños y jóvenes.
“Hoy también festejamos la vida del Hermano Miguel, reconocido como el gran hombre que llevó la educación por los buenos caminos, por ello ha sido declarado como patrono de los maestros ecuatorianos”, expresó el Hno. Federman Salgado, Vicepresidente de FEDEC.
Destacó además la colaboración que existe entre los planteles que conforman la federación: “Nos confiamos las buenas prácticas que tenemos en cada una de las instituciones educativas, no somos egoístas, preguntamos y compartimos los avances que suman en la misión educativa. Esto hace que nos fortalezcamos en buenas prácticas pedagógicas, comportamentales y morales”.
“La FEDEC busca implementar una nueva pedagogía del amor, la sinceridad, el servicio y la familiaridad. El ser humano está llamado a educar desde cada espacio que Dios le ha entregado”, comenta.


































































